CYPRUS, is it right and necessary?
Another new turmoil in the eurozone.
Another new turmoil in the eurozone.
Chipre, un país muy pero muy peculiar. Divido en dos políticamente
desde 1974. Un territorio muy pequeño, 9.251 km² en su conjunto, 800.000
habitantes en la zona griega. Barcelona capital, 101, 4 km², 1.600.000
habitantes.
Estuve en Chipre hace unos cinco
años. Mientras que los mapas políticos y los medios de comunicación hablan de
“Chipre” realmente hay dos. La parte griega, dentro de la Unión Europea y la
Zona Euro y la parte turca no reconocida
internacionalmente. Un trozo de la
UE en Asia. Geográficamente está mucho más cerca de Turquía
que de Grecia. Y no demasiado lejana de las costas de Síria. Nos encantaron los
hoteles, sus playas, sus montañas, sus paisaje, y lo cómodo que era el país, casi no había
gente. Las carreteras de dos sentidos eran de un sólo carril. Cuando pasaba un
coche, o una cabra, en sentido contrario tenías que parar y haber quien dejaba
pasar uno al otro.
La maldita crisis ha puesto a
este país en boca de todos. Por fin un corralito en la Europa del Euro. Lo que
parecía que nunca podía ocurrir ha ocurrido. Qué lejos que estaba la Argentina del 2.001. Y
todo porque el pequeño parlamento chipriota no ha aceptado una medida muy impopular
para sus ciudadanos.
Impopular pero justa. Han ganado
mucho dinero con unos tipos de interés fuera de mercado. Han atraído capitales
de Rusia, Ucrania y Gran Bretaña mediante una ficción, espejismo o farsa
monetaria. Demasiadas bancos, demasiados depósitos de dinero que hay ahí porque
sí para un país tan pequeño. Y los mismos chipriotas se han favorecido de ello.
Podemos decir, con la boca pequeña, que es, o era, un paraíso fiscal como
Gibraltar o Andorra.
¿Por qué no reducirles la
rentabilidad mediante un impuesto? Nosotros hemos pagado, estamos pagando y
pagaremos mucho más, hasta ser pobres como antes. No han tocado los depósitos
bancarios, por ahora, pero sí tocado los precios, las pensiones y los salarios.
Y sin entrar en los impuestos locales y autonómicos. Los precios suben y los
salarios y pensiones bajan. Pagamos más IVA, no cobramos la paga extra y, tal
vez, más contribución urbana. Nuestro poder adquisitivo agoniza día a día. Si
tenemos suerte y todavía tenemos ahorros, pues tendremos que disponer de ellos
para cambiarnos el coche que ya tiene diez años y le cuesta arrancar o la
nevera que tiene ocho pero que ya no enfría.
¿Qué es peor?
Aquí nos afecta de forma
transversal. A todos. ¿Es muy injusto hacer pagar sólo a rentabilidades de los depósitos
de 500.000 euros?
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