Es evidente que la gente mayor no goza
de demasiado peso en nuestra sociedad ya que son apartados de áreas importantes
como el mercado laboral. Sin embargo la gente de avanzada edad puede ser de
gran utilidad enseñando a los jóvenes aspectos donde la experiencia adquirida
es básica.
Un área donde se puede dar la situación
anteriormente comentada es el mundo profesional. En el momento de tomar grandes
e importantes decisiones en los negocios, tanto individualmente como
colectivamente, la experiencia es una buena herramienta para poder conocer de
antemano las consecuencias de ellas, y por tanto poder reducir el margen de
error en hechos futuros no deseados porque se pueden estar tomado decisiones
ahora que otros ya efectuaron anteriormente, con sus consecuencias ya
conocidas.
Otro aspecto donde los seniors también
pueden enseñar a las nuevas generaciones es el funcionamiento del mundo adulto
como el ámbito financiero. Los jóvenes necesitan la experiencia de un mayor
para saber como negociar con un banco, entender las consecuencias de un
contrato financiero o el riego de utilizar sin control el crédito.
También podríamos hablar de otras áreas
como el cuidado de los hijos, las relaciones de pareja, tanto en su vertiente sentimental
como sexual, o a qué países viajar para disfrutar de unas buenas vacaciones.
En conclusión, la sociedad debería
permitir que la gente mayor pueda ayudar a los jóvenes dando a los primeros un prestigio
que actualmente no tienen, así unos y otros ganarían. Los mayores se sentirían
útiles de nuevo y los jóvenes ganarían experiencia.